En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la palabra era Dios.Ella estaba en el principio con Dios, Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe.
En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron....
En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos lo que la recibieron, les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre...
Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre los hombres, que han contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único..
001* Juan 1:1-5; 11-12; 14
La idea de escribir un libro, es algo que durante muchos años había acariciado; de hecho, es como si este deseo haya sido una necesidad de mi espíritu.
En el 2004, mi vida había dado un vuelco y agobiado de mi situación, me había refugiado en un área apacible en las inmediaciones de Galveston- Houston, con el propósito de restaurar unos murales que había realizado 20 años antes.
Había seleccionado una serie de libros que pensaba leer durante mi trabajo-retiro y tome la decisión de olvidarme totalmente de mis chifladuras religiosas respecto a los Templarios, los cuales emergieron sin haber sabido yo como, convirtiéndose en el tema principal de mi preocupación de escribir.
Con ese propósito, seleccioné solamente libros de arte de una colección que por muchos años guardé conmigo, cuando me dí cuenta que había olvidado descartar de mis cosas, un pequeño libro que alguien me había dado en Galveston; “El Movimiento Mariano de Sacerdotes” fundado por el P. Gobbi.
Nunca intenté leerlo, de hecho me dije; esto no es para mí, primero porque no soy ningun sacerdote ni religioso y segundo porque no tiene nada de relación con los Templarios; No obstante, decidí tomarlo conmigo para leerlo antes de deshacerme de él.
Una vez instalado en el complejo de Dickinson que funciona como casa de retiros espirituales, la cual es dirigida por los oblatos de Maria Inmaculada, me olvide de todo esto para concentrarme en mi trabajo.
Una noche, olvidándome de mis problemas, me puse a leerlo.
No es un libro extraordinario, de hecho parecería aburrido para muchos, pero en mí, esa noche produjo grandes cambios en mi vida.
Al cabo de varias noches, pude terminarlo y empecé a revivir escenas de mi vida pasada.
Interiormente sentí la voz de Maria que me confortaba y muchas cosas que había realizado en mi vida, parecían cobrar sentido y muchas de mis preguntas encontraban respuesta, por lo que mi vida fragmentada, empezó a cobrar unidad y sentido y por primera vez en mucho tiempo, me sentí feliz.
Al regresar a “Casa”, fui a buscar los libros que había desechado y aunque solo pude recobrar algunos de ellos, empecé a comprar algunos nuevos y a buscar otros en las bibliotecas publicas.
Me dí a la tarea de escanear muchas páginas de estos libros y poder conservarlas en mi computadora para consultarlas al escribir y poder regalar los que fueran míos, una vez leídos y guardados en ella.
Los detalles particulares de esta experiencia espiritual, mi Ángel me dijo; guárdalas, no las publiques por ahora.
Fue entonces que empecé a visitar los grupos de Internet con el propósito de encontrar personas con las cuales compartir mis ideas y obtener información de enlaces para profundizar en algunos de mis temas.
Creo que escogí los tópicos de Espiritualidad y Religión.
Fácil es de comprender que los grupos Religiosos, no buscan respuestas en libros en los que la “imaginación” y los “Templarios” son los participantes, por lo que conservando mi membresía en solo unos cuantos de ellos, opte por el tópico de Espiritualidad cuyos miembros de estos grupos pertenecen en su mayoría a logias y sectas mas abiertas e interesadas a estos temas.
Nunca he rechazado la invitación para suscribirme a estos grupos, pero a condición de que ellos también publiquen mis ideas.
Escribir, cualesquiera que sea el tema, no es una tarea fácil, y menos cuando pareciera que tus ideas se confrontan con otras; por eso insisto en enmarcarlas en el estilo fantástico, pero no en ese en que las ideas parecen diluirse en la nada, sino al contrario, en el que de la nada, parecieran surgir y cobraran vida en el mundo que nos rodea y dieran respuestas a las interrogantes que nuestra psiqué colectiva parece preguntarse.
Escribir sobre los Ángeles Fieles a Dios y los Ángeles Rebeldes, parecen estar en relación con el de grupos y sectas contrarias y fieles a la Iglesia, pero el resto del libro, fue una improvisación para navegar en estos grupos y mi error fue tal vez el haber escogido un formato demasiado desconocido para muchos lectores; “El Libro Electrónico” que aunque representa un gran futuro en la lectura, la publicación impresa tiene una aceptación mas amplia entre la gente adulta o madura pero que tal vez las nuevas generaciones que utilizan mas el Internet, al madurar, utilicen mas este medio para temas mas serios o espirituales.
Sin embargo, aunque el tiempo utilizado en el diseño fue extenuante; la experiencia adquirida, fue maravillosa.
Tal vez me decida otorgar los derechos para la publicación gratuita, a compañías que están haciendo grandes esfuerzos para promover la lectura en este medio.
Mientras pienso en la publicación impresa, el acceso a páginas actualizadas les permitirá contemplar escenarios y apreciar las pinturas y material grafico que publicaré en esa nueva versión que trataré de realizar en un año, por lo que la versión electrónica será considerada solamente como la forma promocional de mi obra.
La nota negativa de esta experiencia, fue comprobar la gran falta de espiritualidad que caracteriza a los argonautas del Internet y cómo algunos de ellos abandonaron mi lista de correo al no encontrar expectativas mágicas, maravillosas o sorprendentes que los satisficieran en su curiosidad o bien por haberse sentido agraviados por algunas de mis ideas expresadas de mi opinión personal y mi forma de escribir sobre este tema que no llevan la intención de abrir una polémica o entablar un debate, sino solamente dejar en el lector, la libertad de establecer sus limites entre la realidad y la fantasía.
El Autor
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